Nos sorprenden a última hora dos sindicatos con dos escritos
que, aparte de evidenciar que no se han roto la cabeza pensando, ponen de
manifiesto con nitidez la sospecha de que ninguno
de los dos se ha dado mucha cuenta de la que montaron
acordando con Menéndez un ERTE como el que padecemos.
El primero, el CSIF,
que se subió al carro deprisa y corriendo a la firma el último día y de
madrugada, aparte de un programa electoral tradicional que lo mismo sirve para
un roto que para un descosido, propone algo verdaderamente enternecedor:
prejubilaciones a los 50 años y voluntarias. Un sindicato que ha firmado que la plantilla financie en su
totalidad un ERTE que no prejubila, sino que se limita a saquear los bolsillos
de los trabajadores sin contrapartida alguna y que ha enseñado a Menéndez a
arreglarse las cuentas sin poner un céntimo encima de la mesa, nos quiere
ayudar a imaginarnos cómo éste se estará despanzurrando de risa al ver esta
peregrina propuesta, que supera a la de Podemos en diez años (hacia abajo), pero
que transparenta el cacao mental que tiene este sindicato con muchísima
claridad.
Y no se queda a la zaga CCOO,
no. Cuando a cualquiera se le alcanza que lo que hay
que hacer es precisamente evitar que un sindicato antes mayoritario, y que ya
no lo es gracias a que en las últimas elecciones sindicales en Asturias han
perdido la mayoría que disfrutaban junto a UGT en el banco, vuelva serlo… se
descuelgan pidiendo precisamente lo contrario: que les ayudéis a mantener el
monopolio sindical.
Y alegan para ello dos razones importantísimas: que tienen
una estructura que les sirve de apoyo (no como otros sindicatos de segunda
división) y que disponen de auténticos especialistas
en temas jurídicos o en temas complejos “como los relativos a los fondos de pensiones” que es justamente el único apartado del ERTE que tumbó la
Audiencia Nacional: que no se pueden quitar las aportaciones a los fondos
porque así lo acuerden el banco y los sindicatos firmones y que a devolverlas
tocan.
El otro es no menos candoroso: su objetivo primordial sigue
siendo el mantenimiento del empleo, aunque no
dicen a costa de qué (¿más reducciones salariales?) y apoyarían las salidas
voluntarias siempre que sean pagadas por la empresa y no por los que se quedan.
Los dos sindicatos apoyan lo mismo: prejubilaciones voluntarias. Pero ambos
saben perfectamente que pagar las prejubilaciones supone mucho dinero para el
banco. Y saben también que la firma del ERTE supuso un cambio radical con el
pasado: a quien se le ha enseñado a salir de la crisis haciéndoselo pagar a la
plantilla en exclusiva nunca más se le sacará un euro para pagar
prejubilaciones.
Entonces, ¿a qué vienen estas tonterías?
Lo dejamos a la imaginación de cada uno. Eso sí, procurando
no olvidar que lo que salga de estas
elecciones será para los próximos cuatro años. Y qué cuatro años.